Cooperativas tecnológicas en México: innovación digital con raíz solidaria

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En un contexto global donde la digitalización avanza a pasos agigantados, México está siendo testigo del crecimiento de un movimiento que combina tecnología, autogestión y solidaridad: las cooperativas tecnológicas. Estas experiencias no solo están democratizando el acceso a herramientas digitales, sino que también están transformando el paradigma empresarial al poner en el centro la colaboración y la economía social.

Desde Monterrey hasta Oaxaca, un conjunto diverso de cooperativas está brindando soluciones accesibles a pequeñas empresas, colectivos comunitarios y territorios históricamente marginados, todo ello basado en un pilar común: el software libre. Esta elección tecnológica, libre de licencias costosas y altamente adaptable, permite a estas organizaciones ofrecer alternativas reales e inclusivas en un sector tradicionalmente dominado por grandes corporaciones.

Tecnologías al servicio de las personas

Entre las experiencias más destacadas se encuentran:

  • Cooperos (Monterrey, Nuevo León): pionera en el norte del país, trabaja en el desarrollo de herramientas digitales para pymes bajo principios de economía social.

  • Cooperativa Tecnológica Primero de Mayo / Enlace Popular (Ciudad de México): especializada en soluciones tecnológicas para organizaciones sociales.

  • Tierra Común (CDMX): centrada en protección informática y capacitación en tecnologías libres, ha creado plataformas seguras para periodistas y activistas.

  • Rhizomática (Oaxaca): ha permitido a comunidades indígenas establecer redes de telefonía e internet propias.

  • Rancho Electrónico (CDMX): hackerspace autogestivo que promueve talleres de ciberseguridad, desarrollo de software y soberanía digital.

Todas estas organizaciones no solo desarrollan tecnología, sino que construyen autonomía comunitaria. En palabras de sus integrantes, el objetivo no es competir con las grandes firmas tecnológicas, sino crear una alternativa que priorice el bien común por sobre el lucro.

Un puente contra la brecha digital

México aún enfrenta una marcada brecha digital: según datos del INEGI de 2023, el 30% de la población carece de acceso a internet, siendo las zonas rurales las más golpeadas. Las cooperativas tecnológicas han asumido este desafío con acciones concretas.

Rhizomática, por ejemplo, ha implementado infraestructura comunitaria de telecomunicaciones, asegurando que los pueblos originarios sean dueños de sus propios medios de comunicación. De esta manera, no solo se garantiza el acceso, sino también la soberanía tecnológica.

En la Ciudad de México, Rancho Electrónico ofrece talleres abiertos que brindan conocimientos técnicos básicos y avanzados, empoderando a usuarios comunes y reduciendo la dependencia de plataformas privadas.

Hacia un ecosistema cooperativo digital

Aunque enfrentan barreras como el poco financiamiento y el desconocimiento del modelo cooperativo en el ámbito tech, estas iniciativas están ganando terreno gracias a su compromiso y creatividad. Cooperos, por ejemplo, ha tejido alianzas con universidades y otras cooperativas para formar nuevas generaciones de desarrolladores en software libre.

Mirando hacia el futuro, estas cooperativas comienzan a explorar campos emergentes como la inteligencia artificial, el big data y el Internet de las Cosas (IoT), buscando siempre adaptar estas tecnologías a las necesidades reales de sus comunidades.

Tecnología con sentido social

En tiempos donde el avance tecnológico suele asociarse a concentración de poder y vigilancia, las cooperativas tecnológicas mexicanas representan una alternativa potente y necesaria: tecnología con raíz comunitaria, gestión democrática y espíritu transformador.

A medida que el mundo busca modelos más sostenibles y equitativos, el cooperativismo tecnológico no solo ofrece respuestas, sino que plantea nuevas preguntas: ¿para quién es la tecnología? ¿quién la controla? ¿cómo podemos usarla para construir un mundo más justo?