
Con el lema “+Inversión +Empleo +Producción para el país”, la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) participó de una reunión clave convocada por la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, en la que se debatió el futuro de los Derechos de Exportación (DEX), comúnmente conocidos como “retenciones”.
El agro como motor del desarrollo
El informe expuesto ante legisladores nacionales subraya el peso del sector agropecuario y agroindustrial en la economía argentina, especialmente en el interior productivo. Según datos de Coninagro:
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Genera 1 de cada 4 puestos de trabajo privados.
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Aporta 1 de cada 4 pesos del PBI.
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Representa el 20% de la recaudación tributaria.
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Produce 6 de cada 10 dólares de exportación y 8 de cada 10 dólares netos que ingresan al país.
Estos datos reflejan con contundencia el rol estratégico del campo: “Lejos de aplicarle más cargas, hay que incentivarlo y garantizar su crecimiento. Eliminar las retenciones no es un gasto: es una inversión para el desarrollo del país”, sostienen desde la entidad cooperativista.
DEX: una herramienta que desalienta la inversión
Desde Coninagro remarcaron que los DEX funcionan como un freno directo a la producción, al reducir el precio que recibe el productor por sus exportaciones. Esto no solo impacta negativamente en la competitividad internacional, sino que desalienta la inversión y castiga especialmente a las economías regionales.
Además, se destacó que ninguno de los países competidores directos aplica DEX a su agroindustria: Brasil, Uruguay, Paraguay, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y la Unión Europea exportan sin este tipo de penalización. Solo Rusia mantiene este tipo de herramientas, pero por motivos geopolíticos.
“El productor argentino compite en clara desventaja, a pesar de su enorme capacidad. No es sustentable ni justo seguir castigando con retenciones a quienes generan trabajo, valor agregado y dólares genuinos”, explicó Luke.
Proyecciones alentadoras sin retenciones
El informe incluye un caso concreto: si se eliminaran los DEX al trigo, la superficie sembrada podría crecer un 10%, lo que implicaría un aumento del 12% en la producción y una suba del 20% en exportaciones. Aunque el costo fiscal directo sería de 244 millones de dólares, el impacto neto negativo sería de solo 63 millones, ya que el incremento en la producción y en otros tributos compensaría en gran parte esa pérdida.
Una propuesta gradual, pero firme
Coninagro propone iniciar la eliminación de los DEX con cultivos como trigo y cebada, que tienen un alto impacto productivo inmediato y un bajo costo fiscal. “Estamos dispuestos a debatir una salida gradual, responsable y ordenada. Lo importante es empezar a transitar ese camino”, señalaron.
Más producción, más empleo, más país
Desde el movimiento cooperativo agroindustrial, el mensaje es claro: “Los productores merecen condiciones justas para competir. Eliminar los DEX es liberar el potencial de nuestras cooperativas, generar más inversión, empleo y divisas, y construir un país con más oportunidades para todos”.