Desarrollo humano, no estafa moral

Roberto Fermín Bertossi
Roberto Fermín BertossiExperto en cooperativismo
Por Roberto Fermín Bertossi
 
Los actuales claroscuros que se ciernen sobre la vigencia de los valores éticos y la productividad del cooperativismo, su transparencia y real autonomía, democracia e independencia, han generado recientemente todo tipo de suspicacias. Especialmente si se tiene en cuenta que el capital reputacional es el activo intangible más valioso de toda cooperativa.

Para la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), “las cooperativas están dando respuesta a la alerta lanzada por Antonio Guterres, secretario general de la ONU, quien advirtió que el mundo se encuentra “al borde del abismo y avanzamos en la dirección equivocada. Para restaurar la confianza e inspirar esperanza es necesario cooperación, diálogo y comprensión”.

El director general del organismo, Bruno Roelants, concluye: “Las cooperativas son el único modelo empresarial que dispone de unos principios acordados de manera global, establecidos a partir de un conjunto de valores éticos compartidos”.

Resulta propicio entonces despejar suspicacias ratificando un cabal desempeño cooperativo, el cual, para ser tal, debe estar centrado solamente en el bienestar de las personas y ajeno a toda corrupción.

En este sentido, vale recordar algunos casos recientes que fueron noticia: el “fraude al Estado y estafa moral” de Sueños Compartidos; la denuncia de un fiscal anticorrupción contra la cooperativa Tupac Amaru y el Banco Nación por el cobro de fondos públicos para la construcción de viviendas; y el allanamiento ordenado por un juez a cooperativas que recibieron más de 500 millones de pesos de la Municipalidad de Quilmes y que tendrían vinculación directa con funcionarios y exfuncionarios del municipio gobernado por la intendenta de La Cámpora.

El funcionamiento de las cooperativas se basa tanto en el desempeño solidario fundado en valores de autogestión, democracia, equidad y solidaridad, como en ideales éticos de esfuerzo propio, reciprocidad y responsabilidad social. Al fin y al cabo, valía y ejemplaridad de un “cooperativismo genuino” para colaborar activamente en la regeneración socioeconómica, con más y mejor desarrollo humano.

 

Precisemos los desafíos indispensables para tal ratificación cooperativa:

 

1) Acentuar las vertientes formativas y empresariales;

2) profesionalizar la gestión;

3) lograr financiamiento propio o creación e incremento de fuentes de recursos genuinos;

4) mejorar garantías para asociados y terceros;

5) recibir un tratamiento tributario y crediticio conforme su naturaleza y características; 6) bregar por una nueva ley democrática y federal de cooperativas que en pleno 2022 reemplace al viejo decreto de facto (20337/73);

7) promover el cooperativismo escolar, (por ejemplo, compras, usos y consumos en común, responsables e inteligentes, etc.);

8) simplificación administrativa: abrogar el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), un órgano centralista y corporativo sin las delegaciones específicas de facultades provinciales, disponiendo la subordinación de las cooperativas a la Dirección de Personas Jurídicas, conforme al artículo 148 del nuevo Código Civil y Comercial, el que ahora, precisamente las contempla y encuadra como persona jurídica privada.

Ante estos claroscuros e irregularidades en la vigencia efectiva de innumerables cooperativas y en la fiscalización pública del INAES, dados los problemas o fraudes con cooperativas ficticias, inconvenientes de gestión, politización y corrupción (Sueños compartidos, Túpac Amaru o municipio de Quilmes, etc.) que enfrentan innumerables empresas del sector cooperativo, urge activar una apropiada fiscalización e impulsar determinadamente la educación cooperativa, articulando estrategias pedagógicas e institucionales.

Se trata de un insumo educativo decisivo, postergado desde el 24 de noviembre de 1964 cuando la ley 16583 declaró de alto interés nacional la enseñanza teórico-práctica del cooperativismo.

Por último, con esta u otras propuestas y recaudos afines, ratificamos a las auténticas cooperativas entre las opciones más favorables (y baratas) en orden a recuperar y mejorar desarrollo humano, sin corrupción.

 

Roberto Fermín Bertossi – Experto en Cooperativismo

 

Fuente: La Nación